«Éste es uno de los libros más bellos que conozco. Y muy posiblemente la correspondencia más bella que he leído nunca.
»Las cartas que se intercambiaron George Sand y Gustave Flaubert no se dirigen más que a ellos dos: constituyen […] una verdadera correspondencia, con todos los riesgos que ello supone, las interrupciones, las reanudaciones, los relatos, las confidencias, los sobreentendidos, los guiños, las discusiones, los conflictos tal vez, y sobre todo, entre dos escritores de valor desigual y de ideologías opuestas, esa mezcla tan rara de afecto y admiración, de complicidad y de asombro, de generosidad y de humor, de ternura y de lucidez.»
André Comte-Sponville, del Prólogo.
Lea la reseña de Lorena Valera en El Imparcial, y el comentario de La Torre del Virrey.